Es para mí un placer enviarte un resumen del discurso que Ignacio Osborne, presidente del Instituto de la Empresa Familiar, pronunció el pasado 4 de mayo en la clausura de la Asamblea General de Socios del IEF, donde hace una reflexión en relación, al trabajo desarrollado y a los objetivos que se plantea en su mandato:
“La idea de nuestros fundadores continúa vigente en su totalidad: La defensa de la empresa familiar, como célula madre y columna vertebral de la economía y como elemento imprescindible para el progreso de un país y una sociedad.
Defendemos un bien común. Existe una ley no escrita en el IEF que prohíbe a nuestros socios utilizar la institución para intereses particulares.
Independientemente de los socios del Instituto y de las Asociaciones Territoriales, defendemos los intereses de todas las empresas familiares, pequeñas, medianas, grandes y muy grandes
Reivindicamos con orgullo la figura del empresario honesto y creador de riqueza, que asume riesgos, comprometido con España, con el progreso bien entendido y con las nuevas generaciones.
Mi propuesta como nuevo presidente es afianzar el espíritu fundacional del IEF. Como decía mi Santo Patrón San Ignacio de Loyola: en tiempos de tribulación, no hacer mudanzas.
Desde hace unos meses, la JD está trabajando en desarrollar las líneas directrices que considero que han de orientar, en mi opinión, la actuación del Instituto en los próximos años, y que son:
- La defensa de la figura y la reputación del empresario y de la empresa familiar. Debemos transmitir a la sociedad que un tejido empresarial honesto, que crezca rentablemente y que cree riqueza es bueno para España.
- El fomento del crecimiento, que permita a la empresa familiar alcanzar una dimensión acorde a las nuevas exigencias de una economía definitivamente globalizada.
- Y como consecuencia de este crecimiento, contribuir a la creación y mantenimiento del empleo”.
En el acto previo, Javier Moll pronunció unas palabras de despedida en las que hizo una especial referencia a las Asociaciones territoriales, al señalar que “en el 2014 con la creación de la Asociación Navarra y en 2015 con la creación de la Asociación de Euskadi se ha completado finalmente el mapa de España. Esta realidad me complace especialmente porque nos indica la importancia que viene cobrando el movimiento de la Empresa Familiar vinculado a nuestro Instituto”.
“Durante estos dos años hemos mantenido un estrecho contacto con todas las Asociaciones Territoriales. He asistido personalmente a diversas asambleas, congresos y reuniones trabando conocimiento con muchos de sus socios; empresarios familiares sólidos y comprometidos con su tierra y las nuevas generaciones. Debo manifestar la excelente impresión que me han causado. La calidad humana y empresarial de nuestras territoriales me ha llenado de optimismo respecto al futuro de la Empresa familiar en España y de la positiva percepción social que esta genera”.
“Espero que el siguiente paso que demos sea que las Asociaciones se conviertan en una auténtica red liderada por el Instituto, dirigiendo los esfuerzos y trabajos de todos en la misma dirección con una voz perfectamente coordinada y aprovechando la extraordinaria riqueza, diversidad y autonomía de todas ellas. Estoy seguro que lo terminaremos logrando”.
Aefame